Desde luego el nacimiento es mucho más que una fecha y, como diría Erich Fromm, es más que un acto, es un proceso. Pero es el momento en que todo empieza, es la causa que más y variados efectos tiene de todos los conocidos o que vayamos a conocer. Reservamos ese día cada año para celebrar tal acontecimiento y, sin embargo, ese día tan festejado carece de un lugar privilegiado en nuestro hogar, donde conmemorar la cosa más extraordinaria que nos ha sucedido. El mejor recordatorio de la fecha de nacimiento de nuestro bebé solo puede estar representado por una lámina artística que hable por sí misma de la forma más encantadora posible. El motivo bien lo vale y así cada vez que depositemos la mirada sobre la lámina, podremos dejarnos llevar por esas sensaciones con las que nos hemos ido enriqueciendo al observar el crecimiento de nuestro hijo. El recordatorio y su adecuado emplazamiento puede incluso suponer el símbolo de la paz adquirida por la acumulación de todas esas renovadas sensaciones y pensamientos producto del milagro de su nacimiento y del transcurrir del tiempo.¿Cómo puede ser que algo tan importante, como es la fecha de nacimiento de nuestro bebé, no obtenga los honores que se merece en nuestro hogar?